13-18 de Enero de 2015
La espera fue complicada, sin
duda lo más difícil era tratar de asimilar ese 95% (mi realidad) que para alguien como yo, amante de los
números, lo que seguía era prácticamente claro y debía prepararme para el peor
escenario.
Así que llevar mi vida normal, se
convirtió en mi mantra. Traté de llenarme de actividades para no pensar. De sonreír
y creerme esas sonrisas. Y si no había más remedio, buscaba momentos a solas en
los que pudiera llorar y estar triste, pero esos momentos eran cada vez menos y
más cortos. De tener cáncer, tendría que guardar las fuerzas para después, para
cuando las necesitara.
Y en la calidad de humana
idealista y soñadora que a veces me caracterizaba, pensaba en el 5% de probabilidad de que estuviesen
equivocados, en qué feliz sería de ser así…pero siempre he preferido estar
lista para todo y ésta no sería la excepción.
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