lunes, 12 de enero de 2015

Primer diagnóstico


12 de Enero de 2015


Nuevamente son las 7:00hrs y voy de prisa para tomar esos análisis preoperatorios. Todo se resume a cuatro tubos de sangre y una muestra de orina, identificados con mi nombre. Y cuyos resultados estarían al día siguiente. Salí de ahí más pálida que de costumbre en compañía de mi madre.
Nos preparamos para lo que seguía: una tela de tórax, un ultrasonido mamario, otro de hígado, una mastografía y finalmente una biopsia.

Llegué al hospital, me dirigí a radiología y me presentaron al médico que me tomaría los estudios. Hubo un interrogatorio, no es común que a alguien de mi edad le practiquen una mastografía, suelen ser a partir de los 40 años. Así que mi médico oncólogo tuvo que asistir y explicar sus sospechas, acordando que el radiólogo practicaría el ultrasonido y sólo de requerirse se continuaría con lo solicitado.

Para el momento en que indicaron que mastografía era necesaria, infería que las sospechas eran cada vez más certeras. Mi probabilidad de sufrir cáncer iban en aumento y mi ánimo estaba en decadencia.
Salí adolorida física y mentalmente, asustada pero empujada por una fuerza interna para terminar con todo eso cuanto antes. Para cuando me dieron los resultados de los estudios previos a la biopsia, me indicaron un BI-RADS 5,  que en lenguaje coloquial era algo así como un 95% de certeza de padecer cáncer.

La noticia cayó no tan en seco, era como si los eventos previos me hubiesen preparado de cierto modo. Me brotaban lágrimas, pero no emitía sonido, no había sollozos, nada… pensaba en lo que vendría y el siguiente paso era la biopsia, recuerdo que estaba tan nerviosa que la anestesia no tuvo efecto, así que tuvieron que aplicarme mucha más, recuerdo la sensación y dolor de al menos tres de los 7 disparos para extracción de tejido, además del sonido que emitía en cada uno. Pero era necesario, este estudio arrojaría la verdad y dejaría de ser una probabilidad, sabría si tenía o no cáncer, sólo había que esperar.

Comunicar lo que estaba pasando no era sencillo, prefería que mi mamá lo hiciera. Apenas pude hablar con papá, la voz se quebraba y no podía hilar palabras.


No hay comentarios.: